En la actualidad, es fundamental reflexionar sobre el cuidado del medio ambiente. En una era donde los retos ecológicos son urgentes, los pequeños gestos pueden marcar la diferencia. En el Melanie Klein School, entendemos que la conciencia ambiental se cultiva desde la niñez, y por eso, nuestras campañas educativas buscan sembrar en cada estudiante el amor y el respeto por la naturaleza, fomentando una verdadera conciencia ecológica que se extiende a toda la comunidad.
Pensar en una mascota ecológica para nuestro colegio fue un compromiso con nuestros valores cristianos y con el futuro de nuestro planeta. Queríamos una mascota que simbolizara la vida, la naturaleza y el amor que tenemos por nuestra comunidad, por nuestra tierra y por la creación de Dios. Así surgió la idea de invitar a todos nuestros estudiantes a participar en un concurso para diseñar una mascota que representara estos principios de amor, respeto, compromiso y excelencia.
La motivación principal, además de representar la fauna local, era que la mascota pudiera fomentar actitudes responsables y conscientes hacia el cuidado del medio ambiente, especialmente entre los más pequeños, nuestros futuros líderes. Con esta iniciativa, quisimos hacer partícipes a todos, desde los niños de Kids hasta los chicos más grandes de Masters, creando un espacio de colaboración y creatividad en el que se destacaran las propuestas y el trabajo en equipo.
Esta participación activa con el aporte de ideas, bocetos y mucho talento, permitió elegir a la zarigüeya como nuestra mascota. Este pequeño mamífero, nativo y protegido de Mosquera, Cundinamarca, es conocido por habitar los humedales, ser un controlador natural de plagas y contribuir al ecosistema mediante la dispersión de semillas. Elegir a la zarigüeya nos llenó de alegría, pues refleja también los valores ecológicos que queremos promover en nuestra institución.
La mascota fue diseñada por la talentosa estudiante Juliana Andrea Veloza Forero, quien con su creatividad y dedicación dio vida a “Sué”, un nombre muisca que significa “Dios Sol”. Este nombre no solo refleja la conexión con la naturaleza, sino que también tiene un profundo significado espiritual, recordándonos que todo en la creación es obra de Dios. En palabras de Juliana, el propósito de crear esta mascota fue “concientizar sobre el medio ambiente a través de la zarigüeya, ya que es un animal no tan apreciado por su apariencia, pero con un gran impacto en el ecosistema”.
La zarigüeya Sué no es solo una imagen divertida, que de acuerdo con su autora, “transmite ternura y delicadeza”; sino que es un símbolo de nuestro compromiso con el respeto por la naturaleza y el cuidado de nuestro entorno. Su presencia en el Melanie Klein School nos inspira a ser más conscientes de nuestras acciones cotidianas, como el reciclaje, el ahorro de agua, el respeto por los animales y la protección de nuestros recursos naturales. Cada vez que veamos a Sué, recordaremos que todos somos responsables del bienestar de nuestro planeta.
Esperamos que Sué inspire a todos los miembros de nuestra comunidad educativa a reflexionar sobre nuestra relación con el medio ambiente. En el Melanie Klein School, creemos que el amor por la creación debe ir acompañado de acciones concretas que nos permitan vivir en armonía con la Tierra. Cada uno de nosotros puede ser un “héroe ecológico”, haciendo pequeños cambios en nuestra vida diaria para cuidar lo que Dios nos ha dado.
Que Sué, nuestra zarigüeya, nos recuerde siempre la importancia de la comunidad, la fe y el compromiso social, y que nos impulse a seguir construyendo juntos un futuro más sostenible, lleno de amor, esperanza y responsabilidad. ¡Juntos, somos el cambio que el mundo necesita!